Los conflictos interpersonales son propios de la condición humana. Por eso, no podemos decir que sean buenos o malos en sí mismos; sencillamente son, y se trata de aprender a gestionarlos para aprovechar la diversidad de ideas y puntos de vista como un enriquecimiento. En otra ocasión, te hablamos de los 7 tipos de conflictos interpersonales. En este artículo, daremos un paso más y te ofreceremos técnicas que te ayudarán a resolverlos en diversas situaciones en tu vida profesional y personal.
Una vez identificamos el tipo de conflicto ante el que nos encontramos, podemos determinar qué estrategias aplicar para evitar escaladas de agresividad y rehuir posibles callejones argumentales sin salida. Estas soluciones, por supuesto, deben ajustarse a cada caso, pero hay algunos aspectos recurrentes que podemos tener en cuenta. A continuación te proponemos nueve técnicas de resolución de conflictos que te ayudarán a resolver situaciones complejas y de tensión.
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En este artículo, recogemos 9 técnicas de resolución de conflictos muy útiles tanto si trabajas en un centro educativo como en cualquier empresa, pero en muchos casos, también en tu vida personal. En estos contextos, los conflictos interpersonales son naturales. ¡De lo que se trata, es de aprender a gestionarlos con las herramientas y las técnicas adecuadas!
1. Utiliza una comunicación positiva
Desarrollar una comunicación que ponga el énfasis en los puntos positivos, con un lenguaje libre de connotaciones negativas, es la base fundamental de cualquier entendimiento. Si nos comunicamos de manera constructiva, haremos ver a nuestro interlocutor o interlocutora que hablemos desde el respeto y reduciremos , por tanto, la carga de agresividad en el intercambio de opiniones.
2. Busca medios alternativos de resolución
Recurrir a la mediación o negociación con una tercera persona imparcial es una buena manera de encontrar soluciones equitativas y aceptables para todas las partes implicadas.
3. Identifica las necesidades del interlocutor o interlocutora
Como hemos visto hablando de los tipos de conflictos, las desavenencias a menudo surgen de una mala comprensión de las necesidades de la otra persona. Si tienes claras cuáles son exactamente estas necesidades y porqué entran en conflicto con las tuyas (si es que lo hacen), encararás mejor la situación para resolverla.
4. Intenta encontrar soluciones creativas
En algunos casos, es necesario pensar fuera de los esquemas habituales. La solución no siempre debe ser A o B: en ocasiones, también puede ser C. Busca alternativas que ofrezcan una solución equitativa y aceptable por las partes implicadas.
5. Intenta comprender los puntos de vista de la otra persona y empatizar con ellos
La mejor forma de resolver un conflicto es aplicando una auténtica escucha activa. Por muy convencidos de que estemos de nuestro punto de vista, la otra parte del conflicto también lo está del suyo, por lo que es importante que le escuchemos e intentemos entender por qué. Si lo conseguimos, quizá sea más fácil solucionar la desavenencia o deshacer el nudo del conflicto.
6. Mantén siempre la calma y la cabeza fría
Un conocido refrán dice que dos no se pelean si uno no quiere. Esto no es siempre exactamente así, pero es verdad que si somos capaces de dar un paso atrás y pensar fríamente evitaremos que la bola de nieve se haga más grande. Es cierto que si estamos implicados emocionalmente en una discusión, puede ser difícil, pero en última instancia es una habilidad que se puede entrenar.
7. Busca puntos en común
Analiza bien las diferentes posiciones implicadas en el conflicto, y en vez de centrarte en lo que las separa, pon la atención en lo que tienen en común. Identificar las ideas compartidas entre las diferentes partes en conflicto te ayudará a tener buena base para construir acuerdos.
8. Evita aferrarte a resentimientos pasados
Cuando surgen disputas, es frecuente que nos vengan a la memoria desavenencias del pasado con la persona que tenemos delante, y esto puede enturbiar nuestra gestión del conflicto actual. Aunque sea difícil, es fundamental dejar los resentimientos atrás y centrarse en la situación actual para encontrar una solución justa y razonable.
9. Define compromisos realistas
La mejor manera de cerrar un conflicto es estableciendo consensos y, en caso de que el conflicto tenga una dimensión práctica, definir compromisos , ya sea colaborativamente entre las partes implicadas o con la ayuda de un mediador. Es importante que estos compromisos sean concretos, realistas y asequibles , para asegurar que se convierten en acciones efectivas.
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